El amor es un sentimiento que habita dentro de nosotros .
Puedo arriesgarme a decir que el amor es el sentimiento más importante.
Aunque lamentablemente existen una serie de creencias y malas interpretaciones sobre el amor. El mundo comercial, nos “vende” una idea del amor, que no es la verdadera. Muchas veces caemos en la trampa de esa venta, y compramos. Nos pasamos la vida esperando a nuestro príncipe azul. Y a veces el príncipe no llega o… llega y con el tiempo y la rutina se convierte… ¿en un sapo? No, peor aún… ¡en un hombre! Con todos sus defectos y virtudes, pero a nosotras, que también hemos dejado de ser las princesas, por la rutina de la casa, los biberones y el cambio de pañales cada tres horas, no nos queda tiempo para ver esas virtudes y sólo nos enfocamos en los defectos. Esos inmensos defectos que generan una distancia entre nosotras y nuestras parejas.
Creemos que después de casarnos todo es milagroso y no tenemos que hacer nada más por nuestra felicidad, sólo disfrutar el hecho de estar casadas. Ya tenemos a nuestro hombre y no tendremos que pasar más por la tortura de los bares y las citas a ciega. ¡Basta de que te presenten al primo del cuñado del hermano de tu mejor amiga! Salimos de mercado. Iiiiuuuujuuu Y nos relajamos, y dejamos en manos de nuestras parejas nuestra felicidad.
Y ahí comienzan nuestros problemas, ¡y los de ellos! Porque ellos son también seres humanos, y no pueden hacer magia ni milagros, y aunque muchas veces se esfuercen si tú no has hecho tu propio trabajo antes de casarte o emparejarte, no servirá de mucho…
Y si piensas que el matrimonio te salvará, siento decirte que te estás equivocando… ¡no lo hará!
Porque cuando el encantamiento se acabe, que se acaba, comienza una nueva etapa en nuestras vidas. Y por favor, no confundas, se acaba el encantamiento pero no el amor. Al contrario, ahí mismo comienza el verdadero amor de pareja.
Para poder afrontar éste gran cambio y estar preparada, tienes que haber trabajado primero en ti, y haberte convertido en una naranja completa, y no creas que es un trabajo imposible, porque Dios, el Universo, o como quieras llamarlo, nos ha dotado de esa gran capacidad y eso se consigue trabajando en el amor y el respeto hacia nosotros mismos.
Cuando consigas amarte y respetarte podrás sin problemas amar a otra persona, sin expectativas, sin fantasías de príncipes azules y por sobretodo sin la necesidad de cargar a tu pareja con la responsabilidad de tu felicidad.
Porque amar es respetar al otro, sin olvidarnos de nosotros, de nuestra esencia, sin tener que forzar nada para que funcione ni tener que dejar de lado nuestras creencias, valores y sueños.
Es dar, pero también recibir, todo en equilibrio.
Amar también es no apegarse y saber decir basta. Conocer nuestros límites, no entrar en la obsesión, y no tener miedo a la soledad.
Amar es el trabajo más importante en la vida de un ser humano y la comprensión, la aceptación, el respeto, la empatía y la valoración son las herramientas con las que contamos día a día para poder realizarlo.
¿Te atreves a dar el primer paso al cambio?
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